domingo, 2 de marzo de 2008

Buenos Aires.


Argentina es un amplio país de contrastes, paisajes diversos, grandes extensiones, gentes llenas de amabilidad y muchos sitios por conocer. Y ahí comenzó un tour por ella, por una pequeña parte de sus múltiples provincias.

Un recorrido que empezó en Madrid cuando un Boeing 747 en su magnitud, nos acogió para pasar la noche y llevarnos allí en 12 horas. Era mi primer viaje al otro lado en un avión tan grande y fue una experiencia que me encantó. Un vuelo nocturno que se me fue rapidísimo entre que despega, cenas, duermes con todo a oscuras con tu manta y almohada, y en la mañana un desayuno previo a aterrizar. Lo único que dió cierta pena fue despegar y despedir mi ciudad sabiendo que allí abajo quedaba todo lo mio. Empezando un largo vuelo que me llevaba a las Américas! :) Y sobre todo, que allí debajo se quedaba mi Soffi y me iba muy lejos de ella. Y aún con toda la ilusión del viaje, éso me daba mucha pena. Que extraño se me hacía ver en una pantalla en tiempo real el recorrido que estábamos haciendo. Ver cómo despegó hasta Segovia, allí giró para bajar por Extremadura y Portugal hasta Faro, saliendo de la península y tras pasar las Canarias cruzar todo el Atlántico hasta Brasil y de ahí bajar a Argentina. Cruzando el Ecuador que separa nuestro invierno de su verano al cual llegamos por la mañana y se olía en el amanecer :) Un ambiente distinto al que dejamos aquí. Cuando ves a todos vestidos de verano y ambiente cálido. Que sensación pensar en Ezeiza: "Ya estoy en Buenos Aires!" :) Con 3 horas menos de diferencia ;-) En otra estación. Y lo enoooorme que se veía la ciudad iluminada desde el cielo. Allí nos recogió el guia que nos llevaba al hotel, un loco del triatlón muy simpático y agradable para ser el primer contacto allí. Entrando en la ciudad y empezando a verla, hasta llegar al Tribeca, un apartahotel chulisimo a modo de corrala con patio interior donde estaban las habitaciones, muy cuidado y original.

Comenzando sin más esperas el tour por la ciudad! :) Un paseo que nos llevó a la Plaza del Congreso donde ya se notaba que apretaba el sol :P bajando a la famosa Avenida del 9 de Julio con sus 16 carriles, y la curiosidad que lo primero que vimos allí fue a Zapatero!!!:S Y era como: "¿Y este que pinta aquí?" Con carteles enormes de precampaña allí. Irse uno tan lejos y ver eso no es desconectar ;-) Nos la caminamos hasta el Obelisco que era punto central y cercano a nuestro hotel. Y bajando por la calle Corrientes que es a modo de nuestra Gran Via con sus teatros, cines y comercios. Dando a parar a la calle Florida que es una peatonal parecida a Preciados con su agitada vida comercial hasta las Galerías Pacífico, un centro comercial de tiendas construido de un modo muy artístico, y muy famoso allí, donde echamos el primer ojo a las compras que haríamos el último día ;-)

Y para inaugurar la exquisita gastronomía de sus carnes :P , ya aconsejados desde Madrid, bajamos a Puerto Madero, para ver el Luna Park donde tanto toca Sabina que allí es un dios y lo oyes por todos lados, y ver la famosa Casa Rosada. Con hambre ya para ver los diques del puerto tan bonitos hechos para los restaurantes, donde inauguramos la carne en la Cabaña de las Lilas :P , con el primer ojo de bife con un vino Lagarde de Mendoza rico rico :) Comilona que se bajó con una siesta para recuperar fuerzas y así por la tarde visitar Palermo con la primera experiencia en los taxis :P Los locos al volanteeee :P Viendo Palermo Soho y Palermo Hollywood. Un barrio de tiendas de diseño, de música alternativa, bares y restaurantes cool... Una especie de Chueca sin ser el barrio gay. Que raro se me hizo en la primera noche, tomar allí una Quilmes con una empanada a las 10 de la noche y ver que era aún de día, y en Madrid eran la 1 de la noche, que justo allí lei un sms de Soffi de que ya se iba a dormir, y yo aún estaba sin cenar y de día ;-)

Recobrando últimas fuerzas con una cena italiana en Puerto Madero, nuestro lugar de las comidas, jeje, y a dormir que ya había cansancio desde que salimos de Madrid 24 horas antes...


El segundo día que bonito pensar que despertaba en aquella ciudad, cogiendo fuerzas con un desayuno y listos para visitar Boca y Caminito. Un lejano barrio que hay que visitar con cuidado, donde me encantó la turística calle de las casas de colores, los bailes de tango en las calles, los puestos de pintura, las tiendas, los muñecos de cartón piedra de los balcones de Evita, Carlos Gardel o Maradona. Donde una Quilmes entró genial en un bar chulísimo lleno de cajetillas de tabaco en sus paredes. Sabiendo no traspasar los límites que separan la parte más turística de la real... Donde ya aprovechamos a visitar el campo del Boca y lugar de culto para ellos por ser el equipo que vió jugar a Maradona. Viendo las gradas, las instalaciones, la sala de prensa donde hizimos la foto chorra del fichaje dándonos la mano, jeje, y el terreno de juego. Donde aprendí 2 curiosidades que no sabía. Una, el porqué de que el logotipo de Coca Cola fuera negro y blanco, que es debido a que alli los colores del River Plate, su equipo rival, es el rojo y blanco y por ello, les dijeron que sólo les dejarían publicitarse allí si cambiaban los colores :P Y la segunda el porqué de que sus colores sean azul y amarillo, que se debe a que dijeron que el primer barco que entrara en el puerto llevarían sus colores de la bandera. Y el primero fue un barco sueco, así que se quedaron con su azul y amarillo ;-)

Ya comimos por allí una pedaaaazo de pasta que aluciné cuando vi lo que son allí los tallarines :P Que cosa más grandeeee. Lugar donde al irnos pudimos comprobar aquello que nos dijeron de la mafia de los taxis de la Boca ;-) Al ver cómo se bajaron de malas a por la que paramos de Radio Taxi que por poco la vapulean el coche, ya que no los cogimos porque sabíamos cuales son sus tendencias. Y la chica la verdad que se portó de lujo en esa situación.

En la tarde visitamos San Telmo, un barrio de antigüedades, con tiendas artesanas, mercadillos antiguos muy bonitos y llenos de originalidad, donde en su plaza tomamos un café en un local que me encantó lleno de carteles de cine, de fotos, de imágenes de Buenos Aires...

Y ya que nos quedamos sin cámara, tocaba improvisar una y comprar otra en las calles comerciales del primer día, que nos hizo perder horas de la tarde, que ya aprovechamos a comprar por allí y tomar un rico batido de helado de Freddo, mmm.... :) Para ya en la noche ir a tomar una cena de lujo en la Caballeriza a base de bife y cordero patagónico, como despedida a la última noche en Buenos Aires (hasta el regreso 10 días después... ;-)).

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