lunes, 24 de marzo de 2008

Don´t Cry for Me, Argentina...


Ultimo capítulo de las andanzas argentinas del Patagónico, jeje, cuando tomó ruta de regreso a la capital. Un vuelo que se hizo demorar durante horas, cerca de 4 horas de retraso, de 8 de la tarde a 12 y pico o 1. Haciendo un descoloque total de todo. Porque se acusaba el cansancio de todo el día ya y ello hizo que todo el día de después fuera más cansado. Un vuelo nocturno muy bonito con todo apagado y sólo iluminado por la luz de la luna, atravesando el Estrecho de Magallanes hacia el norte, a Buenos Aires, dejando atrás el punto más alejado en el cual he estado…
Un vuelo que nos dejó ver a su llegada allí su gran extensión, un mar de luces naranjas que dan luz a Buenos Aires. Aterrizando allí de madrugada a las 4 de la noche, de vuelta al calorcito del verano en la ciudad ;-) Que unido a la entrega de equipajes y el transfer al hotel desde el lejano Ezeiza, llegáramos al hotel a las 5 de la mañana, parea dormir escasas horas.
No se porqué sin preguntarnos nada nos dieron directamente una habitación con cama de matrimonio :S ¿Nos vieron cara de parejita? Jajaja. Eso con Sofía vale, pero con mi hermano nooo :P Pero bueno, con tal de dormir unas horas me daba igual :P Cayendo a plomo hasta la mañana.
Cuando desperté me dio pena pensar que era mi último despertar bajo cielo argentino, y era ya nuestro último día. Tras un desayuno para coger fuerzas para la mañana, recoger todo rápido y dejar la habitación, la mañana gris y lluviosa fue perfecta para ir a las Galerías Pacífico y realizar las compras que nos quedaban por hacer, para nosotros, de regalos y de encargos.
No sin antes pasar por Aerolineas para reservar nuestros asientos buenos para el vuelo de la noche ;-) Un tormentón enorme de verano para despedir el viaje, como fue en el Cairo ;-) , y así ir a la Martina, el Cardón… a por la ropa, y de ahí los vinos, y los alfajores y el dulce de leche, jeje.
Ya en la hora de la comida, bajamos directos a nuestro punto central, Puerto Madero, jaja, para tomar nuestra última comilona de despedida allí. Regresamos a la Caballeriza donde nos dimos un homenaje a base de parrillada y carne y un fino Neuquen :D Reservando las últimas horas de la tarde a ir al hotel a hacer apaños con las maletas para meter todo lo que llevábamos y que no sufriéramos demasiado exceso de equipaje, jeje. Menuda odisea fue esooo:P Menuda manera de cargar y de comprar ;-) Y ya con todo listo, la última visita pendiente al Ateneo, una preciosa librería hecha en el aforo de un antiguo teatro, conservado como era, con sus gradas y su escenario, y en él, las estanterías de libros. Pudiendo leerlos en el escenario habilitado como sala de lectura y cafetería.
Desde allí, paseamos por el elegante barrio de la Recoleta con casas y avenidas muy vistosas, tiendas de lujo y un ambiente distinto al de otros barrios. Acercándonos al cementerio de la Recoleta con sus sepulcros que parecen pequeñas casas que cobijan las tumbas de personajes importantes allí. Con un último batido de maracuyá en la rica Freddo :D
Ya que el camino de regreso andando por todas sus avenidas y calles hasta el hotel, ya era el último previo a recogernos para ir al aeropuerto. Daba pena enfilar 9 de Julio hacia la autopista de Ezeiza sabiendo que ya nos íbamos del todo… Y que el viaje había acabado…
Un moderno y grande aeropuerto donde parecía que nunca tomaríamos el vuelo de tantas colas y cosas previas que había que hacer… Entre devolución de IVA, check-in, cambio de divisas, aduana, control de salida de pasaportes… Con tooodo el peso de la maldita bolsa de mano hasta arriba… Estaba ya que no podía más, y me sentía hasta mal, de cansancio del día anterior y de ese día, con calor, y palidez. Así me bebí la última Quilmes de un solo trago, jejeje. Con mil tiendas de Dutty Free que cotillear y cuando ya tocaba embarcar, un paseo de 5 minutos!hasta la puerta de entrada permitió ver la grandeza del Boeing que nos llevaría a Madrid.
Cuando despegó en la noche, un último adiós y directos al norte a cruzar Argentina y Brasil en la oscuridad con el catering de la cena, apagar luces y dormir tan a gusto… Cuando desperté y volvió la luz ya era pleno día con cielo azul y sol, y sobrevolábamos tierra, con el escaso tiempo para desayunar y aterrizar en Barajas… Un viaje de regreso que ni me enteré! Con sus 12 horas y sus 11.500 kilómetros… Que penita ver ya las Cuatro Torres y Barajas y saber que eran las 2 de la tarde hora española y se ponía punto y final a un viaje estupendo del norte al sur de Argentina.
Fue pasar el control de entrada de pasajeros, recoger el equipaje y al ver los taxis blancos y de raya roja, sentir que estábamos ya en nuestra ciudad y muy lejos quedaba ya todo lo que habíamos visto. Ahí comenzaba un post-viaje para narrar a los demás, entregar regalos, enseñar fotos, colocar nuestros recuerdos, estrenar la ropa, guardar todo, leer folletos y, como no, escribirlo aquí para el recuerdo ;-)
Queda pendiente volver en otra ocasión para ver lo que faltaba: Lo que no pudimos ver de Buenos Aires que se quedó a medias, Península Valdés y las ballenas, Bariloche, el Fitz Roy y el Chalten, Mendoza y Salta, y si es posible, repetir, porque Iguazú, Calafate y Ushuaia son lugares a los que volvería para rematar y recordar…

domingo, 23 de marzo de 2008

Ushuaia y la Tierra del Fuego.


En medio de la planicie patagónica que rodea el azul del lago, un pequeño aeropuerto de una sola terminal de llegadas y salidas nos recibió para, con cierto retraso y colas molestas, embarcar en un avión que provenía de Buenos Aires y así tomar rumbo al sur… al máximo del sur… A la punta del país y del mundo… A Ushuaia.
El lugar que más ganas tenía de visitar. Por su curiosidad, por su lejanía, por su ciudad, por su originalidad… Y así fue desde que llegábamos. Es un vuelo diferente, porque sabes que tomas rumbo hacia el sur más alejado del planeta, con fuertes vientos que cabecean el avión, bajando a la isla de Tierra del Fuego, cuyo nombre proviene de cuando Magallanes cruzó el estrecho por allí para pasar de un océano a otro y vieron muchas hogueras ardiendo de los aborígenes y la llamaron la Tierra del Fuego. Con un agreste paisaje de montañas, nieve y lagos. Aterrizando en su pequeño aeropuerto en medio del agua, y pensando que si el avión baja más abajo, ya se embarca en un vuelo de sólo una hora que acabaría en la Antártida ;-) A sólo 900 kilómetros de allí…
Ya con las maletas y salir a la calle, Diosss, que frio hacíaaaaa. Así se balanceaba el avión de aquellos vientos frios. Ya llegados a la hostería en la transfer, que chulada en lo alto con un ventanal-mirador desde el que se divisaba toda la bahía y la ciudad debajo… De ahí su nombre: Ushuaia, que en la lengua de los nativos, significa “Bahía que mira al Poniente”.
Esa misma tarde-noche (que sorprende porque allí no anochecía hasta casi la medianoche), la aprovechamos para dar una toma de contacto con el lugar y me encantó! Una pequeña ciudad con restaurantes de muy buena pinta y tiendas variopintas que nos atrajeron para posibles compras. Cenando en un buffet de carne estupendoooo, para empezar con fuerzas, jeje. Y a dormir para en pocas horas madrugar y comenzar la visita.
Amanecía temprano a las 6 de la mañana con una preciosa vista del sol apuntando sobre las montañas de los Andes enfrente, que son ya del país de Chile. Con un apretado desayuno cortado por el Marcelo, nunca se me olvidara ese guía, jeje. Vaya showman!!!:P Buscando un Buenos Días generalizado como si fuera el “¿Cómo están ustedes?” de Fofo, Gaby Y Miliky, jeje. Con musiquita en el bus y buscando palmas para animar contándonos la vida de los artistas, jeje. Un espectáculo de persona que al parecer allí por lo que vimos, le toman a guasa :P
Ese día visitamos el Parque Nacional de Tierra del Fuego. Una extensión virgen de paisajes espectaculares de diversa índole. Muy bien explicados por este hombre, todo el tema de la flora y la fauna. Los lengas o falsas hayas, los farolillos chinos, los hongos de los troncos que producen esas malformaciones, los conejos traídos de España, los castores y los destrozos que forman con sus diques, que fue fruto de una mala política de planificación, pensando en el mercado de pieles pero no salió bien y los castores se reprodujeron en cuantía y se descontroló el tema.
Paramos en una castorera para ver sus efectos y son demoledores… Cómo destrozan el paisaje tanto con los árboles que tiran abajo, como los humedales que forman, que crean un paisaje de película de terror… Aunque son cosas que yo ya sabía de recientes documentales sobre castores… Y me gustó porque era ver en la realidad lo que ya sabía…
Desde allí hicimos varias paradas en paisajes realmente bellos y de postal que no se ven habitualmente… La última bahía al sur con un cielo y un sol que hasta en foto ha quedado de película… Que paz… Y al otro lado, la montaña más alta cuya cima separa ambos países, Chile y Argentina. Con vistas desde lo alto de un sendero. Más adelante, llegamos al final de la Ruta 3 que es la que cruza toooodo América desde Alaska hasta Ushuaia, de norte a sur. Con más de 10 mil kilómetros de carretera. Con lagos silenciosos escondidos entre valles, arbustos de calafate y plantas protegidas.
Después tocaba elegir entre dos opciones: O tomar el Tren del Fin del Mundo (una parida turística super cara y que no merecía la pena, que en el fondo era el antiguo tren que tomaban los presos allí) o la que elegí que era mucho mejor y que me gustó más. Estar en el impresionante lago de Bahía Ensenada, con el País de Isla Redonda en medio. Un paisaje que te entraba por los 5 sentidos y del que daba pena irse… Haciendo un mini sendero por su orilla, y lo más curioso de todo, el puestecillo de Correos que había en medio, donde un marinero de barba blanca muy simpático, te contaba mil historias desde su refugio y te enviaba postales a todo el mundo. Desde donde envié las mías a Soffi, a Meli y al hotel. Porque te las ponía de un modo muy curioso por detrás, y hasta te sellaba el pasaporte como que habías entrado en el país de Isla Redonda, jeje. Un simpático hombre que me regaló las postales y los sellos y lo que más me gustó fue la botella de cerveza tan chula que me regaló del Cabo de Hornos, por ser un viajero español solitario, jeje. Fue curioso que me dijo la misma frase que mi padre en Madrid antes de salir: “Vos no sois un turista. Sois un viajero”.
Cuando tocó despedir ese bello lugar, hubo que recoger a los que tomaron el tren, ambientada la estación a lo “Polar Express”, que le daba un toque de cuento que me gustó mucho. Y ya decir adiós al parque porque regresábamos a la ciudad, para comer corrieeeeendo ya que en una hora escasa zarpaba nuestro barco que nos llevaría hasta el último faro.
Me encantó ver los barcos que desde allí partían rumbo a la Antártida, y los cruceros que llegaban. Que fuerte que un viaje desde allí en barco de 15 días a la Antártida cueste 6000 euros!!:S
Fue un agradable y frio crucero de tarde que dejaba atrás el puerto de Ushuaia y te acercaba a los islotes donde podías ver de cerca centenares de cormoranes, leones marinos, y lo que muchos decían eran pingüinos, jeje. Y al fondo del todo el pequeño faro que decía adiós al mundo, el último según decían… MENTIRA!!jaja, que más abajo se que está el del Cabo de Hornos :P Me la querían colar… :P
De regreso a la ciudad, un enoooorme mareo me invadió que verde me puso, jaja, que malo me puseee, que ni me lució el viaje de vuelta, deseando llegar y bajar… Pasé de ese chocolate caliente gratis que nos daban, jeje. Me acordé de los efectos de ese otro chocolate de Año Nuevo…:P Cuando por fin pisamos tierra, aprovechamos la última tarde a hacer las compras que quedaban: camisetas, mi gorro gaucho, cervezas, adornitos y demás :P Para relajar el cuerpo con una pinta en un bar genial en un esquinazo en lo alto desde sus sofás con una vidriera delante desde la que divisábamos la calle principal.
Era ya el turno de la cena despedida… En el Tante Sara, un refinado restaurante pero a la vez nada prohibitivo, donde una suculenta cena a base de estofado de cordero patagónico, jaja, ya dije que yo iba a lo que iba :P con vinito argentino (siempre son su exagerado ritual de la apertura del vino, que nunca lo vi que lo hagan aquí así ;-)). Y una tarta de lujooo, ñam ñam :P
A la mañana siguiente, tras ver el último amanecer (recuerdo que en ese momento pensé en Soffi en que a esas horas ya estaba ella danzando por Egipto muy de mañana ya ;-) y yo en ese momento veía ya el amanecer). Esa última mañana la aprovechamos a un plan muy chulo.
Una excursión aventura en 4X4, en la que nos recogió en un vehículo así un guía totalmente loco pero que era un cachondo mental, jeje, el Sebas :P Muy gracioso y que te contaba de todo. Nos llevó a todos primero al refugio suyo donde vimos los cachorritos de siberianos que usan en invierno para la nieve. Que monossss!!!!:D Y con todas las provisiones ya listas, comenzamos una ruta por el campo en jeep chulísima llena de subidas, bajadas, baches, desniveles, piedras… por caminos inusitados con un control genial del vehículo. Viendo paisajes preciosos y como el día anterior, paisajes de castoreras, lengas… Cruzando el lago Escondido y el Fagnano por su orilla empedrada, para subir al lugar donde nos prepararían la comida! :D Una barbacoa natural en el campo, bien controlada, de choripanes :D, morcilla y carnes de cordero riquísima!!!:D Un lujo en medio del campo con el rico vino de Mendoza, jeje, viendo el lago, y rodeados de zorros que venían al olor de la carne asada.
Y tras un cafecito y alfajores :P embarcamos de nuevo camino del lago para allí embarcar en canoa! Diosss, que show!!El cabreo que me pudo dar… No soy acuático lo se, jaja. Con mi chaleco salvavidas que no me podía ni mover, delante de la canoa, y que mal se daba… porque mi hermano detrás le daba con más fuerza que yo y giraba siempre adonde no debía, a los troncos de la orilla, jaja, que triste… así había que bordear hasta la orilla de enfrente y luego cruzarlo por el medio… Que mal cuerpo eso recién comido, haciendo fuerza con las manos, con miedo a que no volcáramos, empezó el viento a soplar fuerte y a llevarnos a otro sitio… Pufff. Y siendo de los últimos, jeje. Lo que costó manejarlo… Pero bueno, al final llegamos y aunque en su momento me estaba enfadando, ahora se recuerda con gracia, jeje.
Una experiencia nueva que regresando a Ushuaia por otro camino agreste y peligrosamente empinado, llegamos a la ciudad, para despedirnos del grupo que fueron todos estupendos, sobre todo las dos chicas de Buenos Aires y Mendoza que más nos acompañaron en la excursión.
Y ya en la última hora antes de partir, unas compras que quedaban, y rapidito a la Hostería que ya nos recogían para llevarnos al aeropuerto y decir adiós a la llamada "Ciudad del Fin del Mundo".

jueves, 20 de marzo de 2008

Encontrarte fue mi Mejor Búsqueda.


Hoy era 19 de Marzo. El Día del Padre y a la vez, el cumpleaños de mi padre. Día de celebración doble en familia por sus 76 años ya. Y a la vez, era el día que se cumplían 6 meses de conocer a Sofía. Medio año ya… Casi nada… jeje. Seis estupendos meses con ella en los que hemos vivido de todo, lo hemos pasado muy bien y mal, hemos compartido mil experiencias y planes juntos de diverso tipo, hemos ganado en confianza y complicidad, semanas de irnos conociendo…
Siempre tuvimos una química especial desde el primer momento, el cual parece lejano con tantas cosas que han pasado entre medias. Y día a día, fuimos descubriéndonos siempre con la alegría de estar juntos. A veces quise describirlo pero no sabía qué palabras usar… Describir lo que sentía estando a su lado. Ya que es algo nuevo que en 28 años no viví y que en ella encontré. Con ella todo es fácil, agradable, abierto a la espontaneidad y cualquier plan es mejor si se que juntos será. Todo lo que hacemos, lo que hablamos, lo que nos une… es un nexo que ha creado un vínculo inseparable.
Ya en nuestros 2 años anteriores, había una empatía especial desde el primer día que hablamos y que ella me encontró ;-) y siempre teníamos una confianza especial. La cual ganó en creces cuando en la orilla de un cine muerto un 19 de Septiembre, una preciosa chica bajaba la cuesta y se encontró con aquel chico 2 años después ;-) Siempre fue una amiga que me importaba mucho y con la que me llevaba muy bien. Y eso en persona siguió así y se mejoró.
Porque globalmente, me encanta cómo es, en el físico que siempre me ha parecido una chica muy guapa y con buen tipo, y en la personalidad con sus actitudes y sus aptitudes, sus pensamientos, su entorno, su familia, sus ideas, sus amigas, su estilo… Sabiendo que ella estaba hecha para mi, jeje. Y encajaba con ella en muchos aspectos.
Juntos aprendimos a descubrir las facetas de ambos, los gustos, las opiniones, las formas de actuar y de ser, a afrontar situaciones, a apoyarnos mutuamente, a creer el uno en el otro, vivir diferentes planes que a ambos nos gustan, a planear y planificar, a desear estar el uno con el otro y a querernos.
Querernos en lo bueno y en lo malo. Tanto cuando era un sentimiento oculto en nosotros, como cuando salió a la luz y ambos supimos lo que sentíamos. Deseando un paso mayor que por diversas razones estaba en latencia pero no podíamos dar, aún deseándolo los dos y manteniéndolo en silencio…
Hubo un mal momento intermedio y cuando felizmente se resolvió, sabiendo los dos lo que vendría en las semanas venideras, sabíamos que lo mejor era esperar. Y así lo bueno se hace esperar, jeje. E hicimos bien en ello ;-) Cuando pasada una época de mil cosas juntas, era el momento perfecto. Pero no llegaba…

Y hace una semana y pico… surgió… ;-) De la mano de sus amigas (son de lo mejor que hay, jeje), pusieron el inicio perfecto a dar un paso mayor… Los dos sabíamos lo que sentíamos, los dos nos queremos, los dos queríamos lo mismo… Entonces, ¿para qué esperar más si lo que más deseaba era estar con ella? ;-)
Un SMS dio pie a iniciar una charla que se quedó en espera un tiempo y con un beso sellar el comienzo y dar un paso más, jeje. Puede que no fuera el día más romántico, kleenex en mano, jeje, ni el ambiente perfecto con un día de aire, de frio, de trabajo… pero sí era el mejor día para cogerla de la mano y dejar ya los besos en la mejilla, jaja.
Con que felicidad me fui ese día a trabajar por la tarde ;-) sintiendo aún sus labios. Y si ya era una relación estupenda y especial con ella todo este tiempo, ahora lo es más. Porque a lo que ya vivíamos felizmente siendo amigos, se une ahora la dulzura de su cariño siendo más que amigos… ;-) Con sus dulces besos, el calor de un abrazo, el cosquilleo de su pelo sobre mi cara, la suavidad acariciándola (me encanta acariciarla), cogerla de la mano y mirar a los ojos, a esos ojos que siento felices, de la chica a la que quiero.
Porque ella es la chica a la que estaba esperando… ;-)
Te Quiero, Soffi.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Calafate y sus Glaciares.


Retomo el viaje donde se quedó. En un vuelo que partía por la mañana de un caluroso día hacia Buenos Aires. En un día que cruzamos el país entero de norte a sur, cerca de 7000 km en escasas horas. De Iguazú a Buenos Aires, y de ahí una hora después a Calafate. Del calor subtropical al frío glaciar.
Cuando por fin aterrizamos en la Patagonia. Una planicie sólo enmarcada por el azul grisáceo del gran Lago Argentino. Y tras instalarnos en la Hostería, una confortable cabaña de madera, dimos el primer vistazo al pueblo que me encantó!!!!:D Con su avenida principal llena de casitas típicas, tiendas y restaurantes que animaban el ambiente. Y ese día dio la casualidad de que celebraban el 131 aniversario del nombramiento del Lago Argentino por parte de Antonio Moreno, “Perito”, sí, sí, el del glaciar ;-) Y lo celebraban con un concierto chulísimo lleno de grupos argentinos conocidos, y puestos de comida. Ahí descubrimos el ChoriPan :D Que ricoooooo. Y con él matar el pedazo frio que hacía ;-) Que bonito se me hizo cuando cantaron una canción de los Beatles que escuché en “Across the Universe”, y tan lejos, darme un motivo más para pensar en Soffi me hizo… :)
Y esa noche también descubrimos el que sería nuestro sitio de cenas los 3 días, jeje. “La Tablita” y su carne donde estrené el Cordero Patagónico :D Que rico que estaba!!! Allí lo hacen diferente que aquí. Los crucifican y los ponen de pie a asar quedando una carne sabrosa y de un sabor distinto… Aderezado con un vino argentino y endulzado con un helado de calafate fue perfecto. Que por cierto, Calafate viene de un fruto de allí, parecido a una mora pero más dulzón ;-)
A la mañana siguiente, empezaban las excursiones. Tras un madrugón de noche viendo amanecer sobre el lago de camino en el bus, penetramos en el Parque Nacional de los Glaciares, y tras un bonito paisaje que se ennublecía por momentos, llegamos al dique donde embarcamos en el barco que nos cruzaría hasta el Perito Moreno. Un camino que asombraba desde que giró y se le empezaba a ver y cuanto más cerca lo teníamos.
¿Es blanco o es azul? Si se mira atentamente y durante un tiempo sostenido, de a poco se va descubriendo sus formas, como caras a veces, como el reventar de una ola que el tiempo ha detenido. Una muralla de hielo de cinco kilómetros de ancho por setenta metros de alto, de un azul tenue y eléctrico. ¿Es azul en realidad? No es hielo en realidad, sino nieve compactada por el peso de las sucesivas capas que a lo largo de los siglos se han ido depositando. Así el aire es expulsado hasta que sólo cristales quedan, tan puros como un diamante, de ahí su color azul.
El primer glaciar que veía en vivo y fue una sensación increíble. Su enormidad, sus tonalidades, el crujir del hielo cuando avanza y el estruendo cuando un bloque cae al agua. Un agua de un tono gris que proviene de todos los sedimentos que arrastra el glaciar desde su origen. Que conforma en su globalidad el Hielo Patagónico Sur, una graaaaan extensión que se produce por el viento cálido y húmedo del Pacífico al llegar a las montañas y descargar nieve en las cumbres que acaba formando masas de hielo que se convertirán en glaciares. Cuando un bloque se desprende lo primero que se siente es el sonido seco, como una rama que se quiebra, lo cual orienta la vista para saber hacia donde mirar; entonces se da con el bloque, que cae en cñamara lenta y que entra en el lago con la mansedumbre de una ballena. El lago, de un gris metálico, se revuelve perezoso un instante, luego todo vuelve al silencio. La ineludible palabra es enorme, en todo lo ancho de su significado.
Recorrimos un bosque de lengas (falsas hayas en Europa), hasta llegar al borde del glaciar que toca con la tierra, para allí ponernos unos crampones en los pies y durante una hora y media caminar sobre el glaciar en plan Mini Trekking. Una experiencia que me encantó!!! Adentrarte en él y dejar de pisar la tierra para caminar sobre hielo, con subidas y bajadas, grietas, desfiladeros de agua… todos en fila india con 2 guías que te enseñaban cómo caminar bien sobre el hielo y buscaban las mejores rutas.
Con un fin de ruta muy original, al llegar a una mesita de madera donde te invitaban a un Whisky que iba en el vaso con hielo del propio glaciar y era como beberse un whisky con hielo de 300 años de antigüedad ;-) Con los primeros Alfajores, jeje (que rico descubrimiento).
Ya de regreso la comida fue igual de agradable cuando sobre una mesita fuera en la explanada de frente al glaciar, sacamos nuestra bolsa de viandas y comimos viendo el Perito Moreno. Eso no se hace todos los días ;-) No te cansabas de verlo y de oir su crepitar. Que gran masa de hielo! Y cuando el barco vino y nos llevó de nuevo a la otra orilla, en la tarde tocaba ir a las pasarelas del otro lado que no vimos del glaciar, para verlo desde ellas. Una preciosa visión en conjunto de su frente y de cómo se extiende montañas arriba. Viendo su unión a la tierra donde provoca las famosas rupturas que pasan alguna vez. No me cansaba de mirarlo y me fui con pena de él…
Pero el cansancio hacía mella ya y durmiendo en el bus de vuelta, llegamos a Calafate de nuevo, aprovechando la tarde a tomar un relax, de tiendas en la Aldea de los Gnomos, con una pizza de cordero patagónico de cena, jeje y mi primera cerveza austral ;-)
El siguiente día amaneció en una fría mañana con el arco iris al horizonte mientras esperábamos que nos buscaran para llevarnos al puerto. En ese trayecto oyendo música medio dormido recuerdo en quien pensaba y que en ese momento estaba ya disfrutando de Karnak ;-) Recuerdo cómo la echaba de menos… Y desde tan lejos cómo deseaba abrazarla. Un viaje que me hizo ver una vez más lo muchísimo que la quiero.
Ya en el puerto dormidísimos que íbamos, embarcamos en el lujoso barco “Quo Vadis”, que nos llevaría todo el día por los lagos. Un barco de 3 pisos lleno de detalles y servicios, que zarpaba y adentrándose en las aguas nos haría un tour por los otros glaciares que solo son accesibles vía marítima.
Tras un pequeño trecho comenzamos a ver los primeros témpanos de hielo y el frio recio cortaba la cara y se metía por todos lados. Un paisaje distinto del usual con aquellas montañas, nubarrones densos y opacos que cubrían las cimas, el agua lechosa, y los icebergs azules…
Hizo una parada en la bahía del Lago Onelli donde tras un sendero, llegabas a un precioso paisaje donde comimos. Un lago lleno de hielos, y al fondo 2 glaciares que llegaban a él de las montañas. No todos los días se come así…
Cuando retomamos la embarcación, nos llevó al mayor glaciar, el Upsala, de gran longitud pero no tan vistoso como el Moreno. Y tras ese el Spegazzini, que para mi fue el más bonito de todos por su forma, su color y su ubicación.
Regresando tras él al puerto de origen tras un día de glaciares y hielo. Y de ahí a Calafate de nuevo. Cuya tarde aprovechamos a hacer compras, y tomar un picoteo a base de Tortilla Don Quijote!!O sea, una especie de tortilla de patata, jeje, en un Libro-Bar chulísimo, donde aparte de comer y beber, el dueño tiene una biblioteca donde puedes coger libros y leerlos. Y como no, la última cena allí sería a base de Cordero Patagónico :P
La última mañana antes de partir la aprovechamos a hacer un plan distinto… A media mañana, nos llevaron a las caballerizas y allí durante una hora y media montamos a caballo por la planicie que rodea al pueblo y la orilla del lago. Un paseo muy bonito y agradable a pesar de que mi caballo fuera un poco rebelde y pasota y no se dejara llevar :P Guiados por dos gauchos muy hospitalarios y acompañados por un argentino y una amiga que hicieron el paseo mejor.
Dejando atrás el pueblo hasta el lago y volver. Sufriendo cuando el caballo trotaba, jaja, porque si él sube y yo bajo, mi entrepierna sufría, jaja. Y rematado con un ofrecimiento de pan frito y una charla en su casa firmando en su libro de visitas con un plumón enormeee.
Con el tiempo justo para comer rápidamente en una Trattoria riquiiiiiiiiisima!!!Una pasta con…¿cordero patagónico? Jajaja, ya dije que yo iba a lo que iba :P Y las últimas compras antes de ir a la Hostería a que nos recogieran para volar a un nuevo destino…

sábado, 15 de marzo de 2008

Dulce Semana Santa.


La tradición de decorar huevos durante la Pascua es muy famosa en el Centro y Este de Europa y en América. Su origen se sitúa en la Edad Media, cuando la Iglesia prohibió consumir huevos durante la Cuaresma.

Los huevos eran guardados durante los días prohibidos, y cuando se terminaba esa etapa de ayuno, la gente se los regalaban los unos a los otros. Para conservar y mantener frescos los huevos se les daba una fina capa de cera líquida.

Este fue el inicio de la costumbre de colorearlos y decorarlos para regalarlos después. En Cataluña existe la tradición de que los padrinos regalen a sus ahijados el Domingo Santo los tradicionales "Huevos de Pascua". Y como manda la tradición, el "Conejo de Pascua" los esconde por la casa y toca buscarlos después para comerlos ;-)

jueves, 6 de marzo de 2008

El Cubismo (06/03/1906).


Con la aparición de "Las Señoritas de Aviñón", del español Pablo Ruiz Picasso, ha nacido hoy el nuevo movimiento pictórico al que se conoce como el "Cubismo". Junto con Picasso aparecen Juan Gris, Georges Braque, Fernand Leger y André Derain, entre otros. En el Cubismo, los objetos pierden sus contornos naturales y se reducen a volúmenes geométricos.

El color queda limitado a tonos neutros y la composición se simplifica al máximo, a veces exageradamente. Aparecen la técnica del "collage" y elementos no pictóricos hasta ahora (telas, papeles usados, vidrios rotos, maderas, etc).

Desde su primera exposición en París (Junio de 1901) el pintor malagueño se ha transformado en el motor del mundo del arte y el personaje de moda. Sus obras se reciben con el mayor aplauso del público y la crítica más exigente. A sus 25 años Picasso ya es el rey, como se ha publicado en "Le Figaró" con motivo de "Las Señoritas de Aviñón".

miércoles, 5 de marzo de 2008

La Leyenda de Iguazú.


Antes de ser descubiertas por los españoles en 1542, los guaraníes solían narrar una romántica historia nacida del fragor de las aguas y el esplendor de una naturaleza prodigiosa.

Dice la leyenda que miles de años atrás, un valiente cacique salvó a una bella doncella de ser sacrificada en el Iguazú. Furiosa, al ver a los jóvenes escapando por el río, Boi - la enorme serpiente que reinaba en sus aguas - partió su curso, dando origen a las cataratas y separando a los amantes. Ya atrapados, los transformó en los árboles que hoy se pueden ver en la parte superior de los saltos y que, según dicen, con cada aparición de arco iris se forma un puente que supera el poder de Boi y los vuelve a unir.

Aunque los científicos insistan en hablar de fallas geológicas que fracturaron el cauce del río genrrando una abrupta cascada, está en uno decidir qué historia creer.

martes, 4 de marzo de 2008

Cataratas del Iguazú.


Parece que hace nada que llegamos a Buenos Aires cuando volvíamos a coger un avión. Rumbo del Aeroparque para tomar nuestro primer vuelo interno con Austral, daba pena despedirse de la ciudad tan recien llegados, pero así era este viaje, de no poder asentarse en ningún sitio por mucho tiempo. Y por lo menos a Buenos Aires sabíamos que volveríamos el último día del viaje ;-)

Cuando ya amanecía despegamos rumbo al norte atravesando Tigre, y en unas 2 horas llegar al extremo norte tan distinto del que dejamos, rodeados de selva y viendo ya desde el cielo todo el espectáculo que son las cataratas, en una primera imagen preciosa previa a aterrizar. Todo un detalle del piloto que dió 2 vueltas para que las viéramos.

De camino al hotel en el Shuttle me pareció FATAL ver que en medio del Parque Nacional hayan dejado construir un hotel Sheraton que rompe con todo el molde y la armonía de la naturaleza siendo un pegote sin sentido, que desequilibra la estética y el paisaje. Un capricho para ricos con dinero que se permiten el lujo de tener enfrente de sus terrazas las vistas de la Garganta del Diablo.

Mientras que los "humildes" :P vamos a hoteles que están fuera del recinto del parque. Hoteles más "modestos" como nuestro pedazo hotel de 5 estrellas, jajaja :P Que parecía de peli de estas en islas tropicales, con una entrada con su típica glorieta, una recepción toda chula y una piscina con 3 cataratas. Como miembro del gremio no puedo evitar ver como funciona todo, jeje. Y hacer comparativas ;-) Ese día, tras ir a la pisci, tomar el sol y un bañito antes de comer (carne como no, jaja), por la tarde hizimos la excursión a Brasil a ver las cataratas desde el lado brasileño.

Un poco pesado el viaje previo hasta llegar allí, teniendo que atravesar la frontera, pero me encantó cruzar ese puente que separa con sus colores los 2 paises. Ya dentro, un paseo que te acercaba desde lejos a las cataratas, y ya desde la lejanía oias el rumor del agua y veías sus dimensiones. Te abrumaba con tanta magnitud de agua, y eso que eran una pequeña parte introductoria de lo que veríamos al día siguiente. Pero a medida que te acercabas sentías mayor sensación de grandeza. Ahí es donde vimos que el viaje de verdad comenzó en Iguazú ;-)

Cuando por fin llegamos al final, una pasarela se metía a través del rio y te acercaba hasta el borde máximo donde por un lado, sentías todo el agua que te caía encima de las cataratas que tenías justo detrás, y por otro, veías hacia abajo cómo caían otras tantas a tus pies sin ver el final, sólo mojado por todo el vapor de agua.

Daba lástima irse de allí porque te rodeaba tal paisaje que te quedabas absorto viéndolo y sin importarte estar empapado :P Donde pude ver por primera vez un arco iris completamente redondo. Y al otro lado de la orilla, el lado argentino del día siguiente.

Subimos por un ascensor para divisarlo desde arriba en un mirador, y ahí podías ver el curso del rio normal en su gran anchura y cómo de golpe se abre la tierra y comienza el espectáculo de las cataratas.

Terminando ahí la excursión de la tarde desde el lado brasileño, ya regresando al hotel. Para descansar y tomar una cena rica rica en el restaurante del hotel y fruto del sueño, dormir enseguida...

Porque al día siguiente, era el día de verdad. Cuando visitaríamos el parque por el lado argentino que es el más espectacular. 275 saltos en total en los que todo esfuerzo descriptivo es en vano. Para comprender su imponencia hay que estar allí. El nombre de Iguazú proviene del término I-Guazú que, según su traducción, significa "agua grande". Y por ello es fácil entender el porqué de su nombre ;-)
Fue un día estupendo! Desde que llegamos sin darnos cuenta nos estaban grabando en video todo el paseo, un recuerdo muy original, que empezó con un pequeño paseo entre los árboles frondosos, que nos conducía a la Estación Cataratas donde un trenecillo te conducía al otro extremo, a la Estación Garganta del Diablo, justo para ver eso, el mayor caudal de agua en catarata a una altura de 100 metros. En esa estación comenzaban unas pasarelas que iban acercándose allí a través de diversos afluentes de agua que cruzaban, en los cuales vimos un caimán chulisimo tomando el sol, jeje, y ya a lo lejos divisabas en el cielo una gran nube de vapor de agua que se elevaba hacia el cielo, donde ya se sabía que allí estaba la Garganta del Diablo.
Cuando llegamos, esa sensación es para verla en directo. Nunca me imaginé tal imagen. El ruido te ensordece, la vista se te llena de agua que fluye y cae con ganas y con energía sin descanso. Te empapas de agua y te quedas exhausto viendo todas las cataratas que te rodean tan cerca, pero sobre todo la principal y mayor, la protagonista del viaje. Es precioso!

Un paseo que bien merecía la pena y que daba pena regresar porque no te cansabas de verlas. Pero había que ver más cosas y tras regresar, comenzamos el circuito superior que se basa en unas pasarelas que trasncurren por arriba y te dejan ver las principales desde la parte superior. Con panorámicas preciosas del paisaje y las cataratas, otras en altura que las cruzas y comienzan su caída bajo tus pies... Un corto paseo y bonito a la vez que anticipaba la comilona (de carne y Quilmes por supuesto, jajaja :P).

El plan de la tarde era también atractivo. Comenzaba con el circuito inferior que era como el de la mañana pero desde abajo que impresiona más. Había 2 principalmente que impresionaban por su cercanía y por su altura/anchura que te dejaban calado de arriba a abajo creando varios arco iris a través de la luz.

Y ya mojados del todo, que mejor momento para hacer una Gran Aventura ;-) Bajando por un desfiladero de piedra pegados a la pared, hasta la orilla del rio. Una bajada que me encantó viendo todo lo que me rodeaba. No todos los días se ve ese paisaje :) Y allí en el embarcadero te ponías tu chaleco salvavidas (mal lo pasó la pechugona de talla XXXL que las tenía todas apretadas, jajaja:P) y en una Zodiac insertarte en el rio directos a otra de las cataratas principales, la San Martín, y a toda velocidad con giros inusitados, penetrar bajo la cortina de agua que creaba. Diossssssss, que sensación!!!!:D No podías ni respirar, ni abrir los ojos. Solo sentir grandes magnitudes de agua que se te venían encima, jaja. Que pasada! Y así se hizo varias vueltas hasta extasiarnos.

Con el subidón de adrenalina, le siguió unos rápidos por el cauce del rio hasta llegar a un punto de la selva donde tras una escalinata interminable, cogeríamos un jeep a través de un sendero por la selva. Donde nos explicaron realmente bien toda la flora y la fauna de allí.

Siendo ya el final del día, no sin antes pasar por un tour por el pueblo que en este sitio no me gustó nada. Y ver un sitio muy curioso. El Hito 3 Fronteras. El punto donde se cruzan las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay separadas por los rios Paraná (que desembocará luego en Buenos Aires en el río de la Plata) y el Iguazú en su desviación hacia las cataratas. Un punto que me encantó ver!Cómo ambos rios separan los 3 países y ver en cada lado de ellos un hito de piedra enorme con la bandera de sus países respectivos dibujada. O sea, que estaba en Argentina y veía a mi izquierda a Paraguay y a mi derecha a Brasil :)

Y ya de regreso al hotel, para aprovechar la tarde a hacer obligadas compras en una tienda chulisima al lado del hotel, de Piedras Preciosas, que me encantó!Que de cosas chulas tenía con lo que me gustan a mi. Me habría traido de todo!:) Y lo más curioso que en un sitio tan lejano y apartado, veo un montón de diplomas en la pared y de golpe me fijo en uno y veo un emblema muy conocido para mi pero que no me esperaba allí. El de la UAM. Y pregunté por él y es muy curioso porque al parecer es que el dueño de esa tienda se había graduado de Geología en mi universidad y se fue allí y montó esa tienda. Que fuerte!Lo que son las cosas... ;-)

Y ya una última cenita y tarde de relax, y otra vez a preparar equipaje para abandonar Iguazú a la mañana siguiente...

domingo, 2 de marzo de 2008

Buenos Aires.


Argentina es un amplio país de contrastes, paisajes diversos, grandes extensiones, gentes llenas de amabilidad y muchos sitios por conocer. Y ahí comenzó un tour por ella, por una pequeña parte de sus múltiples provincias.

Un recorrido que empezó en Madrid cuando un Boeing 747 en su magnitud, nos acogió para pasar la noche y llevarnos allí en 12 horas. Era mi primer viaje al otro lado en un avión tan grande y fue una experiencia que me encantó. Un vuelo nocturno que se me fue rapidísimo entre que despega, cenas, duermes con todo a oscuras con tu manta y almohada, y en la mañana un desayuno previo a aterrizar. Lo único que dió cierta pena fue despegar y despedir mi ciudad sabiendo que allí abajo quedaba todo lo mio. Empezando un largo vuelo que me llevaba a las Américas! :) Y sobre todo, que allí debajo se quedaba mi Soffi y me iba muy lejos de ella. Y aún con toda la ilusión del viaje, éso me daba mucha pena. Que extraño se me hacía ver en una pantalla en tiempo real el recorrido que estábamos haciendo. Ver cómo despegó hasta Segovia, allí giró para bajar por Extremadura y Portugal hasta Faro, saliendo de la península y tras pasar las Canarias cruzar todo el Atlántico hasta Brasil y de ahí bajar a Argentina. Cruzando el Ecuador que separa nuestro invierno de su verano al cual llegamos por la mañana y se olía en el amanecer :) Un ambiente distinto al que dejamos aquí. Cuando ves a todos vestidos de verano y ambiente cálido. Que sensación pensar en Ezeiza: "Ya estoy en Buenos Aires!" :) Con 3 horas menos de diferencia ;-) En otra estación. Y lo enoooorme que se veía la ciudad iluminada desde el cielo. Allí nos recogió el guia que nos llevaba al hotel, un loco del triatlón muy simpático y agradable para ser el primer contacto allí. Entrando en la ciudad y empezando a verla, hasta llegar al Tribeca, un apartahotel chulisimo a modo de corrala con patio interior donde estaban las habitaciones, muy cuidado y original.

Comenzando sin más esperas el tour por la ciudad! :) Un paseo que nos llevó a la Plaza del Congreso donde ya se notaba que apretaba el sol :P bajando a la famosa Avenida del 9 de Julio con sus 16 carriles, y la curiosidad que lo primero que vimos allí fue a Zapatero!!!:S Y era como: "¿Y este que pinta aquí?" Con carteles enormes de precampaña allí. Irse uno tan lejos y ver eso no es desconectar ;-) Nos la caminamos hasta el Obelisco que era punto central y cercano a nuestro hotel. Y bajando por la calle Corrientes que es a modo de nuestra Gran Via con sus teatros, cines y comercios. Dando a parar a la calle Florida que es una peatonal parecida a Preciados con su agitada vida comercial hasta las Galerías Pacífico, un centro comercial de tiendas construido de un modo muy artístico, y muy famoso allí, donde echamos el primer ojo a las compras que haríamos el último día ;-)

Y para inaugurar la exquisita gastronomía de sus carnes :P , ya aconsejados desde Madrid, bajamos a Puerto Madero, para ver el Luna Park donde tanto toca Sabina que allí es un dios y lo oyes por todos lados, y ver la famosa Casa Rosada. Con hambre ya para ver los diques del puerto tan bonitos hechos para los restaurantes, donde inauguramos la carne en la Cabaña de las Lilas :P , con el primer ojo de bife con un vino Lagarde de Mendoza rico rico :) Comilona que se bajó con una siesta para recuperar fuerzas y así por la tarde visitar Palermo con la primera experiencia en los taxis :P Los locos al volanteeee :P Viendo Palermo Soho y Palermo Hollywood. Un barrio de tiendas de diseño, de música alternativa, bares y restaurantes cool... Una especie de Chueca sin ser el barrio gay. Que raro se me hizo en la primera noche, tomar allí una Quilmes con una empanada a las 10 de la noche y ver que era aún de día, y en Madrid eran la 1 de la noche, que justo allí lei un sms de Soffi de que ya se iba a dormir, y yo aún estaba sin cenar y de día ;-)

Recobrando últimas fuerzas con una cena italiana en Puerto Madero, nuestro lugar de las comidas, jeje, y a dormir que ya había cansancio desde que salimos de Madrid 24 horas antes...


El segundo día que bonito pensar que despertaba en aquella ciudad, cogiendo fuerzas con un desayuno y listos para visitar Boca y Caminito. Un lejano barrio que hay que visitar con cuidado, donde me encantó la turística calle de las casas de colores, los bailes de tango en las calles, los puestos de pintura, las tiendas, los muñecos de cartón piedra de los balcones de Evita, Carlos Gardel o Maradona. Donde una Quilmes entró genial en un bar chulísimo lleno de cajetillas de tabaco en sus paredes. Sabiendo no traspasar los límites que separan la parte más turística de la real... Donde ya aprovechamos a visitar el campo del Boca y lugar de culto para ellos por ser el equipo que vió jugar a Maradona. Viendo las gradas, las instalaciones, la sala de prensa donde hizimos la foto chorra del fichaje dándonos la mano, jeje, y el terreno de juego. Donde aprendí 2 curiosidades que no sabía. Una, el porqué de que el logotipo de Coca Cola fuera negro y blanco, que es debido a que alli los colores del River Plate, su equipo rival, es el rojo y blanco y por ello, les dijeron que sólo les dejarían publicitarse allí si cambiaban los colores :P Y la segunda el porqué de que sus colores sean azul y amarillo, que se debe a que dijeron que el primer barco que entrara en el puerto llevarían sus colores de la bandera. Y el primero fue un barco sueco, así que se quedaron con su azul y amarillo ;-)

Ya comimos por allí una pedaaaazo de pasta que aluciné cuando vi lo que son allí los tallarines :P Que cosa más grandeeee. Lugar donde al irnos pudimos comprobar aquello que nos dijeron de la mafia de los taxis de la Boca ;-) Al ver cómo se bajaron de malas a por la que paramos de Radio Taxi que por poco la vapulean el coche, ya que no los cogimos porque sabíamos cuales son sus tendencias. Y la chica la verdad que se portó de lujo en esa situación.

En la tarde visitamos San Telmo, un barrio de antigüedades, con tiendas artesanas, mercadillos antiguos muy bonitos y llenos de originalidad, donde en su plaza tomamos un café en un local que me encantó lleno de carteles de cine, de fotos, de imágenes de Buenos Aires...

Y ya que nos quedamos sin cámara, tocaba improvisar una y comprar otra en las calles comerciales del primer día, que nos hizo perder horas de la tarde, que ya aprovechamos a comprar por allí y tomar un rico batido de helado de Freddo, mmm.... :) Para ya en la noche ir a tomar una cena de lujo en la Caballeriza a base de bife y cordero patagónico, como despedida a la última noche en Buenos Aires (hasta el regreso 10 días después... ;-)).