viernes, 6 de abril de 2007

Jueves Santo en Madrid.


Cuando a estas horas es ya la Madrugá en Sevilla con su Macarena, y en Málaga con la Legión llevando al Cristo de la Buena Muerte, donde otras veces estuve viéndola y este año no, escribo sobre algo que me encanta de la Semana Santa en Madrid. Los Jueves Santo, salir al caer la tarde hacia el centro de la ciudad, y buscar el olor del incienso en sus estrechas calles, sinónimo de que alguna de las proces va por ahí. Es una tradición anual que crea un ambiente que me gusta mucho, con el color del atardecer mientras en las estrechas calles del Madrid de los Austrias, empeizan a encenderse los farolillos, y contrasta con la lumbre de las antorchas que porta cada nazareno. Precediendo a los Pasos, y este año era la que es una réplica de la Macarena sevillana, y me sorprendió ver a toda la gente aplaudiéndola con fervor, piropeándola y sacando fotos a su paso. Haciendo una bonita estampa en la Semana Santa madrileña. Como ocurre en la de mañana del Silencio. Por callejones y esquinas que no se cómo pueden pasar.

Y ya visto, cenita de tascas entre las multitudes del centro que buscan donde sentarse con el frío para tomar algo y charlar. Con una cenona en una agradable gruta de ladrillo para dejar atrás el frío de la calle. En la esquina donde en la calle Arenal 9, hay una placa rememorando que ahí vivió el famoso Ratón Pérez en una cajita de una confitería, según el antiguo cuento ;-)

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