viernes, 30 de marzo de 2007

El Día del Ying y el Día del Yang.


Hoy el día ha tenido su momento dulce y amargo…
El dulce llegó por lo escrito ayer que supuso un día de incertidumbre triste que me dejó desconcertado pero como puse ayer sobre “espero que sea fruto sólo de un día”, así ha sido, y hoy pude comprobar que ese mal día no se repitió hoy y volvió a hacerme sentir bien.
El momento amargo provino muy de mañana cuando, en nuestras últimas horas juntos, unos ojitos rojizos y húmedos denotaban que algo pasaba. Y cuando supe el porqué de ese malestar me quedé alucinado por lo que la charla fue, por esas palabras que me sonaron injustas hacia esa persona que merece mucho más de lo que la dan. Y parece que por buena seamos siempre tontos manejables. Son cosas que allí me suenan, cuando ocurren, que no merecemos nunca e injustas y me provocan enfado o rabia. Más cuando siempre son con quienes valemos más de lo que nos hacen ver.
Por ello, me ha dolido mucho verla mal porque ambos sabemos de ese tema lo que opinamos y la valía de su interior, su esfuerzo, dedicación… Porque siempre quiero lo mejor para ella y una cara contenta sin motivos de desánimo y por empatía que produce sonrisas cuando esos ojos miran con alegría o produciendo tristeza cuando su mirada se apaga y los ojos se humedecen…
Por ello, me alegro que al final reconsiderarán lo que la dijeron y hubiera una promesa esperanzadora en un punto concreto futuro. Y para entonces sea cumplido. Porque todos sabemos que es merecido por muchos motivos.
Y a la vez hubo un cierto miedo en todo ello. Que en toda la mañana pensando en ratos muertos sobre lo que la dijeron en comparación a las otras personas que van rotando, pensé sobre esa posibilidad y… uff. Es posible que ese día llegue y se lo que va a suponer… :S Prefiriendo no pensar en ello y dejando la mente en blanco…

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