Ya acaba el último día de mis segundas vacaciones… 10 días de nuevo que se han pasado mucho más rápidos que los 10 anteriores de Navidad. Fruto de preparar el viaje, de disfrutarlo y del post viaje de relax y ponerme al día.
Días que me han venido genial para cambiar de aires, olvidarme de todo, de problemas y tristezas, y durante un tiempo ser yo mismo lejos de todo. Me he sentido estupendamente, y ahora cuesta volver a la rutina de cada día.
Hablé antes de irme de quienes dejaba aquí y ahora vuelvo a tener cerca. Pero de esas personas especiales, sólo una está en los muros de nuestra ciudad y a quien mañana veré. Y de estos 10 días es algo que si notaba que me faltaba a veces: Verla.
Siempre supe que las personas especiales me cuesta tenerlas lejos en la distancia, donde ya he descubierto que llevan sus propias vidas sin conseguir tener un nexo en común. Por ello, me cuesta que quienes son VIPS de mi corazón estén lejos de mi y no poder estar a su lado. Y a veces habré renegado de ellas por ser más lo que me cuesta su ausencia que lo poco compartido.
Por eso me alegra sentir cerca a una de ellas. Por saber que de esos Vips, una está aquí y la puedo ver y sentir, siendo un regalo que me alegra la mañana.
Y no se trata de enamoramientos. Sino de personas con quienes tengo un nexo especial. Que sentí desde que las fui conociendo. Y hasta hoy nos llevan.
Estos días de pensamientos en 4 aviones, me han servido para aprender algunas lecciones. A valorar lo que tengo aquí. A querer a quienes a veces me cuesta. Saber que se nos conoce por nuestros actos y el recuerdo que ellos dejan.
Y un buen recuerdo procuro dejar cada 24 horas ;-)