miércoles, 13 de agosto de 2008

Merci et Au Revoire!


Tras una noche bajo el cielo nocturno francés, durmiendo junto a los sueños de mi Soffi, amanecía en la ciudad y con las primeras luces del día, el despertador no llegó tarde a su cita y sonó a su hora. Así, tras el último desayuno a tope y hacer el check out, aprovechamos la última mañana que nos quedaba.

Sin perder tiempo, el metro nos llevó camino del Louvre hasta la misma pirámide en su interior donde fue fácil la entrada al recinto tras una pequeña cola de entrada. Que ilusión me hacía saber que estábamos a las puertas del Louvre, un museo que siempre se me escapó y esta vez lo tenía tan a mano. ¿Conseguiríamos verlo bien? Al 100% ;-)
Ya con las entradas, fuimos locamente de estancia en estancia, que se divide en 3 secciones diferenciadas con temáticas diferentes, y aunque fue un poco caos moverse bien de un lugar a otro y más aún, con sus grandes dimensiones, poco a poco, fuimos viendo tanto lo principal que pensábamos ver como todo lo demás. Que impresión me dio estar delante de las famosas Gioconda y Venus de Milo. Y ver obras, objetos, esculturas y pinturas que normalmente no podría ver como la pintura francesa que reside allí o el arte mesopotámico y persa, el arte egipcio. Y cuadros tan famosos que vi en libros, ahí los tenía. Y pasear por las galerías del Louvre en la mañana con una historiadora del arte, no todo el mundo puede hacerlo ;-) Que lujos tener una historiadora particular para mi, jeje.
Así, con intermedios para ver la pirámide por fuera, descansar tomando algo, y mil vueltas conseguimos en poco más de 3 horas, ver el Louvre al 90% ;-) Cuando sólo pensábamos ver lo principal y ya…
Las últimas horas que restaban quedaban para desde allí, pasear las Tullerías y caminar los Campos Elíseos desde la Concordia hasta el Arco del Triunfo, con alguna parada que ya el cansancio dominaba. Me gustó ver cómo colocaban ya todo lo del final del Tour de Francia que llegaba allí 3 días después. Y entrar en la tienda Disney (ahora que hemos visto Wall-E la habríamos disfrutado mucho mássssssss : ( ), y en la Nespresso donde cayeron al final mis cápsulas nuevas :P Que chulada de tienda y de enormeee. A la par que pija al 500%.
Las últimas fuerzas restaban para subir otros 300 y pico escalones del Arco hasta su cúspide. Un ascenso sencillo y rápido donde en lo alto poder ver en 360 grados las vistas de París y el comienzo de sus avenidas radiales. Una bonita despedida de la ciudad viendo por última vez los monumentos y sus casas. Aquellas calles que en 48 horas habíamos recorrido para visitar sus rincones y desde allí decirle adiós a la torre. Daba pena bajarse pero ya era la hora de recoger la maleta y hacer el recorrido inverso del primer día hacia la parada del bus recordando lo bien que había ido el viaje.
Me gustó cómo estaba organizado el bus del aeropuerto cada uno en el de su vuelo y con atasquillo de salida de la ciudad, amodorrarnos en el viaje pasando por pueblos conocidos camino de Beauvais. Donde el avión de regreso nos llevó hasta Barajas con mucha pena pero a la vez con la satisfacción de lo bien que resultó el viaje, de lo a gusto de los 3 días juntos y de lo especial que resultó nuestro primer viaje teniendo París a nuestros pies. Complementándonos a la perfección y haciendo planes que se cumplen sin problemas. Siempre ha sido mi ciudad favorita y lo sigue siendo. Se me hizo raro volver y no tener a mi Soffi al lado tras los 3 días solitos en nuestro primer viaje “express” ;-) ¿Próximo destino? ;-)

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