martes, 12 de agosto de 2008

De Norte a Sur, y de Este a Oeste.


He vuelto!!Siento la demora en escribir pero estaba vagoncio para darle a la tecla el tiempo que estaba en casa. Por eso, aprovecho ahora a terminar de contar el viaje que lo dejé a medias!
Habiéndolo dejado en el día del no parar desde las 8 de la mañana a las 2 de la noche casi.


Sabiéndolo ya, en el desayuno cogimos bien de fuerzas para toda la mañana arramplando con todo, jeje, que la verdad me gustó mucho lo que tenían y el mini bocadillo de media mañana.
Y ya de periplo a recorrer la ciudad. Punto de partida: El metro en Charles de Gaulle camino de Les Halles para ver los jardines y el Pompidou por el exterior así como la original fuente de la plaza Stravinsky (como nuestro perro:P). Yendo de ahí a ver Notre Dame por dentro habiendo pasado antes por el Sena, los puentes, la Concergerie y la Saint Chapelle. Me encanta Notre Dame! Es de mis catedrales preferidas tanto por fuera como por dentro. Y pensar en toda su historia cuando la recorro por dentro. Ya fuera tocó una cola de una hora al sol para poder subir a las torres que era mi asignatura pendiente, y la verdad que mereció la pena. Porque me encantó llegar arriba (no sin antes romper una gárgola de barro:P) y estar al lado de las famosas gárgolas y ver la vista que tantas veces había visto en fotos. Así como entrar en la torre y subir a la campana principal “Emmanuelle” oyendo a las otras al lado.


Y de ahí, más arriba a lo alto de la torre para ver su espléndida vista de París de 360 grados, y sentirme en lo alto de Notre Dame divisando todo alrededor. Ya abajo, a media mañana, nos encaminamos por la Rue Rivoli hacia la Opera, no sin antes pasar por los puestecillos del río, y las varias tiendas de animales que vimos en la misma manzana (con gallos incluidos :P). Fue nuestra primera impresión del Louvre que nos esperaba al día siguiente. Y pasar de camino por la tienda que me gustaba de Tintín que estaba muy pobre esta vez. E incluso en la Avenida de la Opera pasar por Marina Dór!!Ville de Vacances!!:P Y enfrente Martinsa Fadesa. No me fiaría yo mucho de entrar ahí ;-)

Ya en la Opera, por fuera nos encantó, limpia y brillantes los dorados. Encaminándonos a su interior donde un lujoso vestíbulo nos recibió con estatuas diversas de compositores. Y ya dentro, estuvo genial la visita por sus dependencias llenas de mármoles y decoración profusa que le daba un ambiente acogedor en días de función. Que impresión imaginarse ahí “El Fantasma de la Opera”… A pesar de su hortera bóveda ;-)

Ya era la hora de comer y la tripa y los pies lo notaban :P Así que yendo por el Bulevar de los Capuchinos, dimos con un restaurante que un año antes vi y me encantó. En plan Rock&Roll Bar muy vistoso decorado por fuera y por dentro. Y viendo que era asequible, nos quedamos en él con una comida que estuvo muy bien viendo antiguos videos y a la vez hablando de nuestras infancias en ese sentido… ;-)

Y así, ya recuperados para la tarde, rumbo abajo a la Madeleine, iglesia a modo de templo griego donde dentro vimos el ensayo de un coro. Y en ese momento pensé de nuevo una de las frases que pensé mucho en el viaje. “Me encanta estar por París con mi pequeña”.

Desde allí nuestros pies se encaminaron a la Concordia, una amplia plaza que a esas horas de sol costaba cruzar, punto intermedio entre los Campos Elíseos y las Tullerías, donde tras cruzar el río, fue ya el primer “Museo-Express” :P Reto número 1!!¿Cómo ver el D’Orsay en 45 minutos? :P Porque por muy raro que suene, siendo una tarde de verano, cerraban a las 5 y media…La mejor hora vamos… Así que menos mal que me consideraban como Joven :P y me alió más barata y de ahí… a correr a ver lo principallll ;-) Y eso que no es un museo sencillo que destaque por su ordenación… Pero bueno, aún así pudimos ver lo principal en tan escaso tiempo. Relajando el correr con compras luego en la tienda (me encanta nuestra camiseta ;-)).

Pues no acababa ahí el andar, ya que pareciendo que estaba cerca, fuimos a Saint Germain de Pres caminando desde allí. Y fue un largo paseo por el Barrio Latino hasta llegar a ella. Donde se supone están las cenizas de Descartes. En una plazita muy agradable para tomar algo, pero nooo, no podemos parar porque el planning seguía ahí (y por ahora iba todo bien). Tras un metro y bus por un corte en la línea, hasta el Puente de Alejandro y así ver los Inválidos al fondo, y un paseo por la orilla del río hasta la torre Eiffel (con un problema con la lentilla cojonera), ahí llegamos justo a tiempo para coger el Bateaux por el Sena que todo majo el chico también me dio entrada de estudiante. Fue una hora y media por el río desde la torre hasta pasado Notre Dame por ambos lados de la isla de Saint Louis, parando en diversos puntos intermedios, donde divisabas los principales monumentos. Un relajado paseo que nos vino genial para descansar y ver que existen las fotos en sepia y que quedan genial! ;-)

Ya terminado el crucero, anochecía sobre la torre y le daba una tonalidad muy bonita (siempre pidiendo fotos a los japos que las hacían genial, jeje), como última despedida a ella desde cerca, y seguimos en metro hasta Montmatre, mi barrio preferido, el barrio de Amelie, el barrio de los pintores y en su día, de los bohemios. El barrio de mi Moulin Rouge. Me encantó poder llegar en la última luz azul del día (que casualmente es de la única manera que lo he visto las 3 veces), pero le da un aspecto muy bonito. Aprovechando que por fin funcionaba el funicular para ahorrarte subir tantas escaleras. Aunque no pudiéramos entrar por dentro por tarde. Las vistas panorámicas desde arriba también son geniales de noche. Y dar una vuelta por sus calles, animadas con las terrazas, las cenas, la música… Ver el restaurante donde cné que me encantó , aunque no hubiera tiempo para cenar en él. A cambio, probamos los crepes sentados en la escalinata del Sacre-Coeur. Descansando los doloridos pies ya. Nuestra última noche en París… Pero me encantaba vivirla con ella, viendo el cielo de la noche parisina y que debajo de ella, sentados en el Sacre-Coeur, estábamos los 2 juntos.

Ya sólo quedaba una cosa de ese día, y era el Moulin… Me gustó ver la calle de la peli de Ronin donde está el bar donde se reúnen al principio y al final, y ya bajando bajando… seguimos por la avenida donde pasado el Sexodromo XDXD, ahí apareció al final, el Molino Rojo! :D ¿Cuánto habremos hablado de él desde que nos conocimos y de esa foto? Y por fin, estábamos ahí. Un momento muy especial para mi. De Christian Y Satine.

Y con eso, tocaba a su fin el día. Regresando en metro a L’Etoile y bajar a nuestro hotel donde dejamos las cosas y, como despedida, nos bajamos al pub que había abajo en el bulevar que nos gustó desde que lo vimos, para tomar aunque fuera un zumo fresco de manzana y cereza hablando de mil cosas.

Un dulce final para un completo día por la ciudad del amor con la mejor compañía, con mi amor.

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