Como si de una máscara se tratara, con ella puesta se ve todo de un modo falso, con unos colores preciosos, similar a "Los Mundos de Coraline", y si salgo de ese mundo con botones en los ojos, se ve el mundo real desde otra perspectiva, con colores distintos. Queriendo lo que no tengo y teniendo lo que quiero ya que solemos querer más de lo que tenemos o de un modo distinto.
Así, ultimamente me fijo mucho en la gente, la escucho, veo su comportamiento, sus palabras, sus vidas desde donde estoy y se ve de todo. Como aves de paso. Comparándome y suspirando de alivio o de deseo. Así, continuo pisando cada minuto que pasa acostumbrado como antes. Vuelvo a ponerme los botones en los ojos que todo lo tapan y regreso a ese mundo donde todo es como lo quieres. Donde el agua apaga el fuego y el ardor los años. Dos mundos divergentes que caminan por separado. Uno real y otro irreal, como dos vidas que viven por separado aunque quieran creer que viven juntas. Y al final, la única vida que escojo es, como dice Sabina, la del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo; el viejo truhan capitan de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera y partiré de viaje enseguida a vivir otras vidas.
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