miércoles, 20 de septiembre de 2006

Sueños, deseos y recuerdos.

No se si será por estar hoy malo y estar de bajos ánimos, que me siento triste. Teniendo un día de recuerdos que vienen de la frase de ayer y de la letra de la nueva canción de la Quinta Estación; así como algunas escenas de una serie que me dieron similitudes.
Y provocaron añoranza, extrañeza… de días pasados, de la mejor época que de golpe se escapó y cambió de rumbo a uno muy distinto del que me sentí desplazado cada vez más hasta verme sin importancia. Lo que un día parecía imposible de cambiar, día a día, sentí evolucionar nunca a mejor, sino a distancia, a miradas de desconfianza, de dudas, miedos, que parecían poca cosa pero yendo a más acabaron por dejar tristeza donde había ilusión por cada día juntos.
Pero ¿qué pasa cuando esa ilusión sólo permanecía ya en mi? Cuando veía en sus palabras y escuchaba de sus ojos que no me quería ya. Y sus alegrías se depositaban en su círculo de confianza nuevo del que quedé apartado sin que se diera cuenta, hasta la puntilla final que fue la que me dejó con un profundo mal sentir durante mi primer mes de trabajo. Sentir que no había confianza, que no había el mismo trato, la misma alegría, y ese querer permanecer a su lado en todo momento fuera sólo un deseo mío y no suyo. Donde me vi dejado a la puerta de su casa en cuanto se fue de ella, como si ya no le hiciera falta ni quisiera estar conmigo en cuanto una nueva vida comenzó. La verdad, me lo estaba esperando los meses previos, me lo esperaba de ella, y por eso, no quería nunca que llegara ese momento, ese miedo a perder lo que se quiere.
Y así pasó el tiempo centrado en la también mi nueva vida, hasta que me di cuenta del tiempo que pasó, y ya se hacía aún más difícil de recuperar. ¿Cómo regresar? Pensé un día, si no había casi posibilidad y aún así, tras meses desde que me viera lejos de ella, intuía que ya ni se acordaría de mi o ni querría estar con esa persona que tantos problemas le dio. Unido a lo extraño que me era tras tanto tiempo cómo reencarrilarlo sobre todo recordando sus últimos días y la tristeza que me produjo.
O si a mi mismo me convenía tras los malos ratos últimos que me hacía sentir. Si lo único que deseaba era recuperar los estupendos días vividos que tan bien sonaban para el futuro y se quedaron en meros sueños. O como aquí pusieron, si fue sólo un juego peligroso y en cuanto le dejé de servir, me dejó. No sería lógico si tanta unión especial teníamos, pero conociendo la nueva persona que iba naciendo en ella, ya no me resultaba tan extraño de creer, si veía la gran alegría que sentía con sus cercanos y la aspereza con que me trataba.
Nunca quise pensar que se nos acabó el tiempo, que pasó de una etapa a otra en la que no estaba yo. Aunque ambos tengamos recuerdos amargos y algunos sin ningún perdón que cambiaran los puntos de vista. Pero cuando pasado ese tiempo y quise encontrarla, no sabía cómo ni cómo hacerlo. Y si debía hacerlo. Si ella ya ni sabría quien soy o si nunca llegara a ser como intenté que fuera. Muchos consejos recibí sobre ello, porque cuando estoy triste por ello, se me lee en la cara. Y es la única cosa en años que me deja triste. Cuando sientes que estás ante alguien tan importante que te llena por completo, especial y a quien quieres enormemente, con quien siempre fui feliz, y tener una compenetración que nunca tuve, difícil de explicar pero fácil de sentir, y a quien si me quitaban me dejaban a medias. Aunque supiera ya al final que no es tan mútuo y para sus ojos no soy más que desconfianza y opiniones negativas sobre mi. Y eso duele por mucho que intenté darle la vuelta.
Aunque los primeros meses desde que me dijera esas palabras y me sentó tan mal que lo tomé con enfado por injusto y me centrara en mi vida como debía haber hecho antes, y me olvidara del tema, cuando el enfado y el tiempo me dijeron que sin darme cuenta era tal día y había pasado tanto sin saberlo, se convirtió en añoranza. Añoranza difícil de plasmar en hechos de reencuentro. Y mucho pensé si lo merecía, si no volvería a ser una marioneta suya sin importancia, o si de verdad me quería y deseaba ese abrazo tanto como yo. Y se unió ese miedo a perder lo que se quiere. Y el miedo a volver.
¿Y si fui su peor error? Si habiendo ampliado sus miras, su agenda de nombres mejores que más le pudieron dar que yo, y hacerla sentir realmente bien pudieron, yo sea un mero recuerdo del pasado, de otra época. Del que no sacó más que dolores de cabeza que no quise provocarla ni querría.
O si yo tampoco querría de nuevo acabar pasándolo mal a veces. Pero si ya lo he pasado mal hasta ahora echando de menos a la persona que tanto me daba cada día. Y el vínculo tan especial que nos unía y se quebró.
Ayer vi esos ojos y esa sonrisa. Y fue una punzada de nostalgia pero recordé sus últimos ojos y ver donde ponía sus sonrisas, y ya no vi esa misma persona que estaba a mi lado del mismo modo que yo del suyo. Y que dudo vuelva a ser igual, al menos conmigo. Si tuviera la certeza de que llegaría a serlo, que fácil sería todo. Porque me daría fuerzas por llegar a ese punto. Pero sino es así, o es ya una época que debo considerar acabada, seguiría añorando siempre esa persona que me daba tanto, a la que siempre quiero, y a quien siempre querría tener conmigo. Sobre todo, si ese deseo es mútuo.
Mientras, seguiré soñándolo. Hasta que pueda ser realidad.

"Todavía me acuerdo de ti. Todavía siento que estás junto a mi".

No hay comentarios: