Y van 3...

Segundo susto en la semana que ha colmado el vaso. Un domingo que se presentaba tranquilo como cada fin de semana, a las 10.15 se convirtió en una inusual mañana que nadie esperaba ni deseaba. Al ser fruto por segunda vez de un violento robo en la semana por los mismos niñatos. Por un lado, la rabia de que ocurriera y fuera justo el momento que no podía estar presente, aunque de poco habría servido pero solo por estar con ellas en el acto y que no lo sufrieran las dos solas, prefería haberlo pasado los tres.
Junto con el miedo y sorpresa de que de nuevo ocurriera y cómo lo vi, al llegar por el ascensor y encontrarme el mostrador desborotadas las cosas, a los tipejos estos gritándome amenazador sorprendidos de ver a alguien, yo temiendo al no verlas ni oirlas por allí ni abajo, sin saber qué estaba pasando.
Menos mal que no las pasó nada, aunque el miedo en el cuerpo estuviera dentro, y sintiera en el alma que pasaran por ello. Sobre todo por una de ellas que ha vivido los 2 atracos de esta semana, e imaginarme la escena y verla llorar me dolió enormemente, por segunda vez en 2 meses, como ya puse en otro post que aún no está publicado. Porque la fui cogiendo mucho cariño este tiempo, aunque cueste demostrarlo y hacérselo ver.
Seguido de horas un poco confusas, con la policía, ordenando el trastorno, siguiendo atendiendo a clientes, y la charla de los jefes, de la que prefiero no hablar, porque hoy me han calentado bien siendo el primer día que mi tranquilo carácter cogió su vena borde y enfadada. Sin callarme y a punto de autodespedirme en caliente.
Justo ayer hablábamos sobre el anterior, de cómo lo viviría, y no me esperaba que hoy sería uno más. Siendo tan diferente en vivo de cuando se ven en el video… El susto y miedo que produce.
Al menos, espero que esta semana haya servido de precedente para tomar medidas por fin que sean eficaces y estar seguros allí. En la calle muerta de Bausá, a merced de cualquiera que pase por allí con aviesas intenciones.