miércoles, 11 de febrero de 2009

Desde siempre y para siempre.


Sobre un folio en blanco se plasma en letras negras lo que pasa por la mente. Y tú eres lo que pasa por ella cada instante. Es despedirnos y cuando me doy la vuelta ya te echo de menos. Pero son pasos que camino contigo y se que nosotros nos hemos encontrado en el momento adecuado. Aunque ya nos cruzáramos antes, el destino que no es casual, supo separarnos para juntarnos cuando debía. Querría que nos encontráramos cuando sabríamos lo que ambos queríamos. Y que con sólo un cruzar de una mirada ya saltara la empatía.
Hay líneas que cruzar en la vida y, habiendo caminado por varias, esta es la línea que quiero recorrer hasta el infinito, la línea que me dibujas cada día y cuyo trayecto me guía. Me lleve bien o mal, no importa si es la que seguimos juntos. Y en su final mirar hacia atrás y ver todos los recuerdos que nos siguen a modo de sombra como una película cuyo inicio partió hace 11 meses pero que tenía un prólogo 6 meses antes.
Resulta curioso pensar en cuando sólo tus letras e imágenes me llegaban y eran lo que eras para mi, esa empatía transmitía un “algo” que aún recuerdo. Una sensación como si algún día te conocería y si todo era igual, podría ser un síntoma de que podía haber algo. Y ayer viendo esas antiguas fotos de entonces, recordé esos pensamientos que había olvidado. Y así es que ciertamente, esa afinidad que viajaba de uno a otro cada día, cuando fue aún más real era esa pero mayor. Y certera.
Habrá habido momentos de idas y venidas, de remontes y valles, de comienzos que tardaron en llegar pero que si fueron entonces es porque así debían serlo. Pero ambos sabemos que lo que dura 11 meses y lo que vivimos es lo que queremos, porque juntos podemos. Volando entre sueños que se van materializando poco a poco. Y las letras que pasan por los mundos de la mente se van haciendo reales. Sin temores y contentos de llegar adonde estamos.
Y sin los mismos temores mirar con una sonrisa cara adelante a por el año 1 de la era del infinito. Mucho depara por delante pero quiero que sea juntos desde las mejores experiencias a los peores días. Completando un mal día mio con un ánimo tuyo y viceversa. Haciendo reales los sueños de ambos y plasmando en realidad cada uno de los deseos. Sin miedos que se dejen aparcados en la calle.
Ahora abre los ojos a la 1.30 y mira por tu ventana. Escucha el “Para Elisa”, mira al cielo que hay luna en lo alto y entonces recibe este beso como traca final a un escrito que ha partido de la nada sobre un fondo blanco en la negra noche.
Porque no todo tiene un final. Tú y yo somos un para siempre que en 11 meses han abierto una vía directa a un final que aunque separa a la gente, acaba uniendo en “otro lugar”, bien yendo nuestros relojes hacia delante o hacia atrás a la vez.
Por eso, nunca tiene un final, sólo una continuación que ahora quiero vivir aquí contigo y de tus brazos continuarla por siempre…

1 comentario:

Sofia Pérez Delgado dijo...

Sólo puedo decir... gracias:) y que te quiero más que a nadie y a nada:):)